Mi ex novio no me llama ¿Por qué? ¿Qué hago?

Cuando estamos en una relación, puede haber pasado siete años o puede haber pasado dos meses, pero el momento en el que la misma se termina empezamos a entrar en un mundo de sensaciones encontradas. Por un lado pesan los malos recuerdos y por otro los buenos recuerdos que no dejan de torturarnos la mente.

Puede que salgas a la calle y no prestes atención a las cosas que cotidianamente atiendes. Puede que sientas una sensación de vacío en el estómago y un nudo en la garganta. Pude que tengas ganas de llorar pero no puedas. Y por cada hora que pasa algo de esas últimas palabras hacen eco en nuestras mentes "prefiero cortar por lo sano", "necesito un tiempo", "ya no somos lo que éramos", "se acabó la magia".

A veces esto pasa sin previo aviso y a veces es la crónica de una muerte anunciada. Pero de todos modos de algún u otro modo, la separación se sufre. Algunos hacemos el duelo durante el proceso mismo, otros lo hacen antes y llegan a la separación ya indemnes y otros (quizá una gran mayoría) necesitan un tiempo luego de la separación para que "caiga la ficha" y entendamos un poco lo que aconteció.

Es muy común que empieces a buscar ayuda en internet, después de todo hoy en día somos muchos los que estamos interconectados intercambiando ideas y experiencias. Antes solo se disponía de la palabra hablada como herramienta de desahogo. Hoy en día esto es más amplio y más accesible a todos, cuando no hay un hombro amigo, habrá una pantalla con las palabras de alguien que quizá no conocemos pero que pasó por la misma experiencia.

Es común que busques cualquier método en internet para poder recuperar a tu ex novio o novia. Esta es la primera etapa, cuando todavía albergas esperanzas de que todo sea un mal sueño. Ese tiempo en el cual no entendemos bien qué estamos haciendo e incluso puede que mandes mensajes o hagas llamadas para "saber cómo está" y "porque podemos ser amigos a pesar de todo" (frase muy muy común). ¿Es bueno ser amigo con mi ex?

Lo importante es lo siguiente:

1 - ¿Para qué quieres que regrese tu ex?
2 - ¿Cuánto tiempo sucedió desde que cortaron?
3 - ¿Puedo manipular su pensamiento y lograr que él de el primer paso?

La respuestas a esto son personales. Pero no te voy a mentir, ni te voy a dar falsas esperanzas. Primero responde sinceramente por qué quieres que regrese sin utilizar la frase "porque lo quiero/amo".

Seamos concretos, porque el enamoramiento es una especie de droga que enlentece el pensamiento, lejos de hacernos más ágiles, el período de enamoramiento tiende a desconectarnos del mundo real.

Es lógico que luego de que el suministro de "placer" es cortado, se comience con un período de abstinencia. Así que seamos cuidadosos. ¿Por qué quiero que mi ex regrese o me llame?

¿Es porque estoy acostumbrada a él? ¿Es porque me hacía sentir "bien"? ¿Es porque soy dependiente de su presencia? ¿Es porque siento que no voy a volver a tener una relación así? ¿Es porque "estoy enamorada"? ¿Es por miedo? ¿Es por su posición económica?

¿Es porque quiero que se de cuenta de quién soy y que se arrepienta de haber cortado? ¿Es porque  en el fondo (y esto quedará entre mi mente y yo) estoy herida en mi Ego?

hay muchas posibilidades de respuesta.



En segundo lugar. ¿Cuánto tiempo pasó desde la ruptura? ¿Un día? ¿Tres meses? hmmm.... todavía todo está muy verde, muy fresco, muy vivo. En este período todavía las cosas que nos hicieron mal en nuestra relación siguen pendientes y muy en la memoria de cada uno. Esperemos un tiempo más si queremos volver a tomar contacto.

"Tomarse vacaciones" del ex novio es la mejor idea para pasar la etapa de abstinencia. No neguemos que lo pensamos, que odiamos el momento en que todo pasó, que quizá miramos una y otra vez su Facebook o instagram.. Pero las cosas pasan por algo. ¿Acaso no era el indicado? ¿Acaso todo era más una ilusión que una verdad? ¿A caso esperé demasiado? ¿A caso me porté mal?..... Eso ya no importa. Ahora es tiempo de tomarse vacaciones. Salir del cascarón para entender que la vida sigue. Llorar cuando queremos llorar. Reír cuando queremos reír. Pero intentar aunque sea de a poco tomarse el trabajo de despejarse.

¿Puedo manipular su comportamiento y hacer que regrese?

¿Para qué? A ver, la primera pregunta se repite aquí. Querer hacer esto es prácticamente pedir que nuestro ex novio sea un muñeco de cartón que manejamos a voluntad.  Es decir, no sería una relación sana. La idea de estar en una relación es que cada uno siga siendo independiente pero con un mismo proyecto en común.

Si manejamos su voluntad. Hay algo que no está funcionando. Él no sería Él. Todo esto suena más a una herida en nuestro Ego, (normal en toda ruptura). Esa herida es la que nos hace en parte buscar que el ex novio pida perdón, se arrepienta y nosotros disfrutemos del "éxito conseguido" cuando él reconoce su "error" y conseguimos nuestra venganza (aunque a veces no le queramos llamar así).

Suena a querer convencernos de que valemos. Cuando en realidad, nuestro autoestima sano, es el que ya sabe eso. Que valemos, con o sin ruptura. Con o sin método para recuperar novios. Seamos sinceras con nosotras mismas. No es tiempo de buscar guías para embrujar a nuestro ex. Es tiempo de tomarnos nuestro merecido descanso. Nuestro merecido desarrollo personal. Nuestro tiempo de enfocar un poco más en nosotros y no en nuestra pareja fallida.



Es tiempo de empezar de nuevo. Con todo lo que ello implica, y tomar la valentía de vivir la vida sin depender de otro. Los proyectos se realizan de a dos. Y todos los humanos valemos mucho, no nos olvidemos de eso. Por lo tanto, solo o en pareja, la vida sigue. Y con mucha energía. Pero entiendo lo que sientes, porque todos lo vivimos alguna vez. Si es hora de llorar, tomémonos el tiempo para hacerlo pero con miras a mejorar. Porque lo merecemos, merecemos ser felices. Merecemos darnos la oportunidad. Sigue adelante. Todo pasa.

Pensamientos centrales

De lo concerniente a terapia cognitiva pudimos aprender que una buena forma de enfrentar nuestros problemas es primeramente reconocer cuáles son nuestros pensamientos negativos que desarrollamos de manera automática para luego poder reemplazarlos con otros más amables o constructivos. Esto lo hacemos para disminuir la severidad con la que nos golpean las emociones generadas por estos pensamientos. Veamos la siguiente situación:

- Tenemos que asistir a una fiesta donde habrá mucha gente que no conocemos.

Pensamiento negativo automático: "No voy a ir. La gente me va a juzgar porque estoy gorda"

Pensamiento suplente: "Tengo nervios, sí. Pero no conozco a esta gente y si no la conozco no puedo saber cómo actúan. Y si no me caen bien o me tratan mal, es gente que no conozco. ¿Por qué habría de molestarme tanto?"

Pero más allá de la situación en particular, y del reemplazo del pensamiento, existe aquí algo más profundo.

¿Recuerdas cuando hablamos sobre la meditación y la manera en la que podemos ver cómo fluyen los pensamientos sin hacernos parte de ellos?; ¿Recuerdas que decíamos que podíamos aceptarlos, en el sentido de saber que existen, no negarlos sino ser conscientes que están ahí?; ¿Recuerdas que dijimos que con esa actitud abierta podríamos ver todo tipo de pensamiento que tengamos (bueno o malo) y formar una especie de mapa mental sobre nuestras creencias?



Bueno, en este caso, podemos decir que cuando reemplazamos el pensamiento hicimos una pregunta. "¿Por qué habría de molestarme tanto?". Este tipo de preguntas, casi retóricas, en realidad están destinadas a ser contestadas por nosotros mismos. Porque, si observamos bien, la respuesta sería algo así como la raíz del problema. Es decir, sería la verdadera causa por la cual no queremos asistir a la fiesta.

A este tipo de pensamiento más profundo lo llamamos "causas de las causas" o bien, "pensamientos centrales". Los pensamientos centrales muchas veces permanecen escondidos y se van manifestando con distintos síntomas:

  • "no quiero ir al colegio porque se burlan de mí"
  • "no quiero hacer deporte porque no soy bueno"
  • "no quiero ir a la fiesta porque voy a estar solo todo el tiempo"

Los ejemplos anteriores son típicos casos de síntomas de un problema más profundo. Si el chico que dice esto se pregunta "¿Por qué?" e imaginemos que responde "porque soy tonto" entonces ahí habremos encontrado un pensamiento central.

El problema no es ir a la fiesta ni estar solo, sino que el problema es creer ser tonto y que por eso lo dejarán solo.

Actuar sobre estos pensamientos centrales es de vital importancia, ya que si solucionamos ese problema, estaremos solucionando muchos síntomas que no nos dejan avanzar.

Utilizando meditaciones para el autoestima

A lo largo de todo este tiempo hemos visto crecer y crecer la demanda por parte de personas en realizar algún tipo de meditación guiada. Pero... ¿Toda meditación sirve para aumentar nuestra autoestima?

En realidad, como ya hemos estado hablando en los artículos anteriores, la autoestima tiene mucho que ver con el proceso de conocerse a sí mismo. Por tal motivo, todo lo que esté destinado a ubicarnos en el aquí y ahora, y paralelamente nos invite a mirar hacia nuestros pensamientos más profundos, será bienvenido para aumentar nuestra autoestima.

Por eso no es necesario que busques entre todas las miles de cintas existentes con meditaciones grabadas alguna que diga especialmente "esta meditación eleva tu autoestima". Porque la verdad, es que el proceso de aumentar el autoestima no depende de una cinta única sino del proceso en el que nosotros nos vamos descubriendo, relajando, abriendo nuestro ser a nuestros ojos y reemplazando aquellos sentimientos y pensamientos que nos hunden por otros más constructivos.

Por tal motivo, si te parece buena idea hacer yoga, haz yoga. Si te parece buena idea ir al gimnasio, ve al gimnasio. Si te parece buena idea ir al psicólogo, ve al psicólogo. Lo importante es que hagas lo que hagas lo hagas con conciencia, con intención de conocerte y eso implica que seamos sinceros con nosotros mismos.

Con respecto a las meditaciones

Con respecto a ellas puedo decirte que  aquellas meditaciones que promueven en el Tibet donde se considera que todas las batallas que nos causan mayores sufrimiento están dadas en nuestra mente ordinaria, pueden ayudarte. ¿Por qué? Bueno, porque se considera que la mente ordinaria es la que está más ocupada de todas las cosas conscientes e inconscientes que conciernen a nuestro día a día. Es allí donde nosotros tenemos nuestros conceptos sobre nosotros que pueden ser distorsiones de la realidad, es también el terreno donde muchos pensamientos sobre nuestra persona pueden ser benévolos o muy malvados. Y en medio de toda esta maraña de tiras y pujas de pensamientos, el presente, el aquí y ahora se ve desplazado a otro plano secundario. En consecuencia perdemos nuestra capacidad de disfrutar el presente y nuestra vida cotidiana.

Cuánto más enfocados estemos en esos sentimientos y pensamientos destructivos o no destructivos, más estaremos ignorando el presente. Por ende, sufrimos. Es por eso que una meditación puede hacernos relajar, comenzando por controlar nuestra respiración, luego aquietarnos, y luego empezar a ver los pensamientos como un río que fluye. En el cual nos empezamos a desapegar de su contenido sentimental y podemos verlos como cosas que fluyen y pasan.

Ante esta realidad, volvemos a poder concentrarnos en el aquí y ahora. Por ello muchas veces nos hacen centrar nuestra atención en diversas partes del cuerpo e imaginar cosas.

Con los problemas y pensamientos de nuestra mente ordinaria, ya mas calmados, podemos empezar a responder con una estrategia. Y en eso se basa el resto del proceso de la meditación. Ya hemos visto que muchas veces podemos suplantar malos pensamientos por algunos mejores, incluso podemos utilizar mantras que son palabras repetidas para ir generando un acostumbramiento.

Sin embargo lo más importante de todo esto, es aprender a aceptar. Pero no para quedarse cruzados de brazos sino para poder ver el panorama donde estamos y luego a partir de allí y con una base fija, poder comenzar a realizar cambios.

Aceptar quiere decir que podemos ver todos nuestros mejores y peores puntos. Ver nuestras cualidades positivas y las negativas y aún así, saber que somos seres valiosos. Porque el valor de nuestra persona no radica en el ornamento de nuestra cualidades físicas, sino en la esencia misma de la que estamos hechos todas las personas.



Una vez que podemos ver a esos malos pensamientos y cualidades con una visión comprensiva, sin luchas por evadir verlos sino ser plenamente conscientes de que están allí. El efecto que puedan tener sobre nuestras vidas disminuye, a tal punto que ya no pueden controlar nuestras acciones como lo hacían antes. Esto significa estar más confortables con nuestras emociones.

Por ende, la meditación no nos soluciona los problemas ni nuestras cualidades, solo nos permite calmarnos y aceptarlos para poder verlos como un mapa y en función a ello actuar. Además, en este proceso de auto inspección, podemos descubrir cualidades que están adormecidas o que están despiertas pero que no tenemos en cuenta en nuestro día a día. En consecuencia, nos permite conocernos mejor y estar más confortables bajo nuestra propia piel

Es una buena idea intentar meditación para ayudarnos a resolver nuestro problema de autoestima.

Celebra tus puntos fuertes

Hay una realidad y es que las personas que con una sana autoestima no necesariamente deben ser personas que sobresalgan más que el resto en habilidades, en inteligencia o en atractivo que las personas con baja autoestima. ¿Y cómo es eso? Bueno, en realidad, la autoestima nos lleva a nosotros a vivir la vida plenamente, a sentirnos vivos, a estar conscientes de nuestra existencia y a ser felices con todo nuestro entorno.

Hay inumerables casos de personas que han sobresalido en algún ámbito y que sin embargo no son seguros de sí mismos y no tienen un autoestima sano. La fama pasa por otro lado. ¿Y cómo puede ser? ¿entonces en qué les cambiaría la vida a estas personas si su autoestima fuera mejor? Bueno principalmente, aprovecharían más su éxitos, se sentirían más contentos consigo mismos y no buscarían la felicidad en otras cosas. Vivirían más conforme a sus deseos y personalidad.

También hemos encontrado innumerables casos de famosos que se encuentran deprimidos con su vida y aún más terminan con ella. Por todo esto, es recomendable tener una buena autoestima independientemente de tu éxito laboral, académico, económico.

Sin embargo, todas nuestras habilidades pueden sí ayudarnos a explorar nuestra realidad y conseguir con ello conocernos más y aumentar nuestra autoestima, sin caer en la dependencia de lo externo a nuestra esencia. Porque no olvidemos que toda persona posee en su interior todas las herramientas para ser feliz.

Aún así, hagamos una lista de todas las aptitudes, habilidades y cualidades que nos parezcan interesantes en una persona. Una vez que tengamos la lista con todos los atributos que hayamos pensado, entonces pasemos al siguiente paso. Evaluarnos a nosotros según esos atributos y colocarnos un porcentaje que representará el valor que creemos que tenemos desarrollado de ese atributo.

Por ejemplo, si en la lista aparece la palabra optimismo y nos consideramos personas más o menos optimistas podríamos colocarle un 60%. El mismo procedimiento para el resto de los atributos que hayamos escrito en la lista. No caigamos en la trampa de bajarnos ni subirnos demasiado el puntaje, busquemos ante todo la honestidad. Después de todo, esto solo quedará entre tú y el papel.

Una vez que hayas hecho ese ejercicio, podemos apreciar la obra completa y revelarnos a nosotros mismos qué pensamos con respecto a nuestro desarrollo personal. Ahora gracias a esto podemos ve cuáles son las áreas de nuestro desarrollo que consideramos más y menos completas. Y por eso podemos ponernos manos a la obra, ahora podemos actuar en función a aquellos atributos que queramos desarrollar y en la medida que lo hagamos vamos a ir sintiendo que estamos trabajando por nosotros mismos.

Este es un ejercicio muy interesante de realizar con el complemento de un diario. Porque una vez realizado, podemos volcar en el mismo todos aquellos sentimientos que fuimos teniendo a lo largo del proceso. Podremos descubrir muchas cosas nuestras que no siempre tenemos en cuenta en el día a día y empezar a ocuparnos sobre ellas.


¿Por qué no dibujar?

Las artes se han caracterizado en gran medida por ser medios de expresión de los sentimientos humanos, de esta manera muchas de las obras de arte que apreciamos de manera contundente en este siglo son resultado del trabajo de mucha dedicación por parte de un artista que intentó plasmar en el ella distintos sentimientos que acontecieron en su vida.

De la misma manera nosotros podemos aprender a expresar nuestros sentimientos aprendiendo a dibujar, sin necesidad de transformarnos en artistas. Hacer bocetos de dibujos y formas puede ser un método de entretenimiento así como también de expresión de las cosas que nos van sucediendo en el día.

Además, si aprendemos a dibujar de manera más profesional o bien a utilizar cualquiera de los programas de computadora que permite hacer diseño, puede transformarse nuestra habilidad en una herramienta para descargar tensiones, expresar lo que sentimos, disminuir el contenido de significados negativos y transformarlos en un producto.

Quizá incluso nos sintamos bastante bien al poder apreciar la obra y darle un significado a todo lo que vivimos desde un punto de vista artístico. No subestimemos el valor de las artes como compañeras de vida de los humanos. No necesitamos ser un Dalí para apreciar el arte.

¡ Y aún más, será divertido !

Beneficios de tener un diario personal

Mantener memorias propias en un libro al que solo tenemos acceso nosotros, puede ser muy beneficioso para nuestra mente. Porque muchas veces acontecen situaciones que guardamos en lo más profundo de nuestra memoria y jamás las contamos. Esto hace que el componente emocional que acompaña a esa situación grabada en nuestra mente, sea aún mayor del que de por sí tiene.

Escribir distintas situaciones desde "hoy una mujer se enojó conmigo en la calle porque la llevé por delante mientras escribía en mi celular" hasta "Hoy mi novia/o se enojó y me dejó luego de pelearnos". Todo puede ser escrito en estas páginas, y de esta manera estamos liberando parte de la energía que contienen esos pensamientos en el acto de escribirlos.

Es algo análogo a contarlo a un amigo de confianza. Y de esta manera, a veces, luego de que pase un tiempo, al volver a leer las páginas podemos ver cómo en ese momento quizá nuestros sentimientos eran algo exagerados o quizá eran acertados. De todos modos, cuando volvemos a ver las páginas podemos evaluar la situación con más tranquilidad y una mente más despejada.

Además también es bueno escribir como nos sentimos en ese momento con respecto a lo vivido, lo cual es una buena herramienta para ir entendiendo cómo evolucionan nuestros sentimientos en diferentes situaciones.

Realizar este tipo de ejercicio personal, nos va a permitir leernos a nosotros mismos y de este modo conocernos un poco más. Así como también lidiar con las situaciones que estemos atravesando e incluso ser más creativos a la hora de buscar soluciones. Estas actividades pueden entonces ayudarnos a construir nuestra autoestima desde un punto de vista más objetivo y no tan emocional como si trajéramos a la mente lo acontecido en el mismo día cuando aún la vivencia sigue afectando el presente de manera directa.

Atascados en el pasado

¿Alguna vez te ha pasado que en un momento de la vida dijiste "ok, a partir de este momento no pensaré  de nuevo en tal o cual cosa" y luego de unos minutos te viste inmerso volviendo a pensar en ese asunto?

Nuestros problemas, muchas veces son resultado de nuestras batallas continuas contra sentimientos y pensamientos negativos. De tal modo que muchas veces tratamos de evadir esos pensamientos. Pero, ¿adivina qué? A veces cuanto más queremos evadirlos, más aún vienen a nuestra mente, casi como un juego masoquista.

En realidad las personas tienen algo dentro suyo de masoquismo, que muchas veces volvemos al pensamiento que nos genera daño y volvemos a darle vuelta y vuelta como si fuera un cubo rubric tratando de ser armado.

Como el típico caso del niño que sufre algún tipo de bullying en el colegio y que luego de un tiempo vuelve a recordarlo con dolor, porque algo que le sucedió le hizo recordarlo. De tal modo que empieza a pensar en el detalle de lo que le hacía sentir en ese entonces el maltrato. A tal punto que cuando intenta dejar de pensar, se encuentra de nuevo lamentándose por lo que pasó.

Esto es estar en cierta forma atascado al pasado y la solución se la ve día a día en los miles de comerciales que rezan la necesidad de "soltar el pasado" y sí, es cierto. Pero todos sabemos que es difícil. Sin embargo es la solución para que estos sentimientos no nos genere problemas en nuestra estima.

La verdad es que en vez de evadir el tema quizá nos ayude más hablarlo con alguien puesto que estas cosas al ser habladas pierden su potencial dañino. Pero a su vez, también podemos simplemente ser espectadores de la misma, tomando un papel de aceptación.

quizá esa situación se basa en un maltrato, también puede incluir una mala elección por nuestra parte, o una actitud que hayamos tomado que hoy  nos avergüence de alguna manera. En estos  casos podemos ser espectadores de esta película y notar nuestra reacción a cada uno de los pensamientos que tenemos en la mente.

Posteriormente, cuando estemos listos podemos escribirlos en un papel si no queremos confiarlo a nadie, o bien  hablarlo con alguien de confianza y madurez suficiente para entendernos. Finalmente comenzar a ver esta parte de la historia como lo que son, memorias pasadas, cosas que ya pasaron y que estarán allí en algún rincón de la historia. Pero que no tienen por qué definir mi presente. El presente soy Yo, Aquí y Ahora.

Tenemos que ser conscientes de que toda estas situaciones son arte de nuestra vida así como muchas otras situaciones son parte de la vida de otras personas. A veces la vida no es perfecta pero adivina qué, la vida es mutable, cambiante y fluida. Con lo cual podemos ver todo esto con una amplia mirada de optimismo, por mucho dolor que nos haya causado en su momento y nos siga causando.
Es hora de dejar las memorias ser solo memorias.

Reemplazando algunos pensamientos

Es importante que nos detengamos por unos minutos a analizar cómo gestionamos nuestros pensamientos. A veces, anotar las cosas que vamos pensando en un cuaderno pueden ayudarnos a elaborar un mapa mental de nuestra mente.

Una vez que podamos descubrir cuáles son nuestros patrones, nos será mucho más fácil analizarlos en el futuro, incluso en el momento en que están apareciendo en nuestra vida cotidiana. Cuando podamos ver con claridad cuáles son esos pensamientos, los volveremos a anotar en una planilla aparte, donde en un columna colocaremos los pensamientos tales como los pensamos, esta columna sería la columna de los pensamientos distorsionados. Mientras que a la derecha veremos otra columna en donde escribiremos el pensamiento modificado hacia una forma más amable y real.

Con esto podemos ir reconociendo cuales son nuestros puntos especiales en donde nosotros sentimos necesidad de actuar. Y posteriormente trataremos de ir intercalando estos pensamientos nuevos reemplazando los viejos. Esto sería un equivalente a "tomarse la vida de otra manera".

Cuando logramos hacer esto, nuestra automatización se modifica y los pensamientos no dominan tanto nuestro día a día con sentimientos negativos.


Realizar este trabajo de manera periódica puede ayudarnos mucho a intentar un cambio en el patrón de conducta que tenemos día a día y de esta manera abrirnos las puertas hacia nuevas experiencias con una nueva visión sobre las cosas.

Reconociendo distorsiones cognitivas: Culpa

La culpa, es hacer responsable a algo o alguien de que la situación sea la que es. Es decir, del resultado obtenido. Así como en la personalización, generábamos una culpa ilusoria sobre nosotros por algo que había acontecido, en la culpabilidad, tendemos a hacer culpables a otros por la situación actual, sirviendo de alguna manera como justificación.

Esto lo que hace es poner casi toda la responsabilidad del hecho sobre otras personas, colocándonos solo en papel de víctimas en un 100%. Es muy común esto en los hijos que critican a sus padres por haber hecho tal o cual cosa en el proceso de su crianza. "fumo porque en mi familia mis padres fumaban...", "Si soy desorganizado será porque mis hijos no me dejan tiempo para mí", etc.

En estos casos la culpa siempre está puesta en el exterior y en cierta forma, nos deja tranquilos. Pues si supiéramos o sintiéramos que la culpa recae en parte sobre nosotros nos sentiríamos obligados a cambiar. Pero como nos  pone en papel de víctimas, nos acontentamos con entrarle una explicación y quedamos paralizados casi como en una fotografía.

La mejor manera de solucionar esta situación es generar un sentido de la responsabilidad, pensar por un momento cómo es que la situación actual se desarrolló de esta manera y qué cosas estoy haciendo para intentar cambiarla. Porque después de todo, luego de encontrar la causa buscamos el método que solucione el problema.

Podemos mejorar ampliamente nuestra autoestima cuando nos sentimos responsables en parte de algo y buscamos su situación. Nos invita a movernos, a buscar soluciones, a mejorar.

Reconociendo distorsiones cognitivas: personalización

En estos casos la persona tiende a creer que uno es responsable o más responsable que otros en una situación o acontecimiento, más allá de los distintos factores que hicieron que ese evento ocurra.
Es algo que se ve muy típicamente en víctimas de abuso sexual, donde la persona atacada en su mente mantiene la idea de que la culpa de que ello haya pasado recae más sobre ella misma que sobre su atacante.

Irónicamente, la personalización tiende a hacernos creer que nosotros tenemos más control de que en realidad tenemos. Es decir, que podríamos haber evitado que algo suceda si actuábamos diferente. Sin embargo, esto no es así. Pues cada uno puede hacer con su vida lo que quiera sin ser atacado por nadie. Pero aún así sucede, lo cual indica que en realidad, no poseemos tanto control sobre las situaciones como creemos.

Es por eso que la víctima no debe sentirse culpable, pues no lo es. Nadie debía haberle atacado. No hacemos que otras personas hagan lo que hacen, tampoco podemos en muchos casos evitar que otra persona sufra por algo que le sucedió.

Ante esta situación es complicado poder abordarlo de una sola vez. Primero es bueno comenzar por pedir ayuda a un profesional en caso de que el acontecimiento sea grave. Por otro lado, también podemos preguntarnos ¿Por qué las personas a veces actúan así? ¿Es acaso algo que yo puedo controlar o no? Yo no puedo hacer que una persona haga algo o deje de hacerlo a voluntad. Por ende esto no es algo que haya sido por culpa mía."

Reconociendo distorsiones cognitivas: pensamiento catastrófico

El negativismo, la catastrofización, la negación son distintas maneras de magnificar o minimizar algún evento o característica. Es muy común catastrofizar en personas ansiosas, donde la ansiedad de algo que va acontecer por más inocente que sea, lleva a pensar que pueda atraer una gran catástrofe.
La persona tiende a especular o imaginar que algo se da de tal manera porque en su mente, puede haber ocurrido o podría ocurrir una gran catástrofe.

Otras personas toman algo que es tan solo incómodo y que puede ser algo tan común como pasar vergüenza en público o fallar en algo y a partir de ello, siente esa situación como algo intolerablemente doloroso y devastador.

Es muy común en personas que tienen un fuerte miedo escénico. Suelen sentir o pensar que nunca pueden ponerse frente a un público porque sentirían que las piernas tiemblan o que la voz se entrecorta o bien que se olvidaría todo el discurso. Sienten miedo, en realidad del rechazo. Una persona con un sano autoestima, no sentiría esto a nivel catastrófico. Pero cuidado ! tener un buen autoestima no quiere decir que no sentiría nervios de salir a dar un discurso en público.

Los nervios por hablar ante una multitud, no es algo malo, es normal. Porque todos queremos que las cosas salgan bien y más si hay mucha gente mirando lo que hacemos. Pero hay una gran diferencia en estar nervioso / atento / adrenalínico ante esta situación comparando con la situación del que espera la catástrofe, el cual se paraliza, no quiere hacerlo y puede buscar cualquier excusa con tal de no enfrentar la situación.

Siendo sinceros, ¿Creen que los cantantes no sienten esa adrenalina que todos sentimos cuando vamos a enfrentarnos a un público? Por supuesto que sí ! , solo que ya lo han hecho parte de su vida y están más acostumbrados. De hecho, por lo general, una vez que empieza la función los nervios se difuminan luego de un rato.

Por para evitar estas situaciones podemos pensar, "es cierto, no me gusta esta situación. Pero a pesar de ello SI puedo afrontarla. Y SÍ soy capaz de sobrellevarla" Todo lo que empieza finaliza en algún momento así que no tengo por qué temer. Con esto, aprendemos que si bien hay situaciones desagradables, podemos afrontarlas sin que el miedo nos paralice, sin necesidad de correr de ellas. Simplemente aceptar lo que nos toca y darnos cuenta que en realidad, "ese miedo" estaba siendo exagerado.


Reconociendo distorsiones cognitivas: debeísmo

Esto es algo que se conoce también como el pensamiento ilusorio. Es decir el pensamiento que se basa en la imaginación más que en el fundamento de la razón. Es en alguna forma, algo parecido al pensamiento emocional.

Es muy común en personas perfeccionistas extremas, o que tiene demandas rígidas e inflexibles para sí mismos y muchas veces para con los demás. Aunque paradójicamente, las demandas rígidas en estas personas suelen ser más severas en relación a sí mismos que con otras personas.

Es como el estudiante competitivo y altamente demandante de sí mismo, perfeccionista que antes de entrar a su examen pretende "no equivocarse en nada" pero si la situación sale de su expectativa, y llega a existir una pregunta a la cuál no sabe responder, se detiene absorto y bloquea su actividad. De tal manera que luego de ese shock, no se siente capaz de seguir con el examen.

En estos casos, primero como siempre hay que reconocer cuál es ese pensamiento en el cual estamos exigiéndonos algo sin justificación real. Y una vez reconocido podemos preguntarnos. ¿Si yo no consigo el éxito máximo en esta situación, seré menos valioso? ¿Significa que soy un inútil? ¿Qué no sirvo para esto? ¿O simplemente significaría que soy imperfecto como todos en este mundo y que puedo cometer errores?

Nuestro ser implica una amplia esfera de muchas cualidades que nos enriquecen tanto a nosotros como al medio en el que estamos inmersos. Cada uno de nosotros da de sí mismo su parte para construir una gran escena, en la que todos y cada uno somos necesarios. Por eso no es buena idea considerar que somos menos eficaces por no haber obtenido la máxima calificación, o porque no pudimos responder una pregunta en el examen. Simplemente, a las mayores mentes humanas también les ocurren percances. También utilizan algún que otro memorando. Lo importante no es tanto el resultado sino el desempeño, por eso, podemos juzgar nuestro desempeño de manera conciente y ver cuáles han sido las cosas buenas y cosas malas de él. De tal manera que podamos resolver estas situaciones de una mejor manera la próxima vez, de eso se trata nuestro éxito. Persistir, equivocarse, mejorar, corregir y volver a intentar.

El "debería" puede servirnos de ejemplo, moderador. Pero no nos engañemos, no podemos exigir que la realidad sea exactamente igual de perfecta que en el mundo del "debería". Porque la vida no es estática y tiene muchos, muchísimos factores que influyen. Tampoco podemos caer en la acitud conformista que nos mantiene estancados. Siempre lo ideal es un equilibrio, buscar un punto medio y no generar una exageración ni para arriba ni para abajo.

Disfrutemos de nuestros aciertos y tengamos en cuenta nuestros errores para luego poder llegar a un estadio más alto al corregirlos. Disfrutemos la vida tal como es. Es una buena manera de poder combatir el debeísmo innecesario.

Reconociendo distorsiones cognitivas: comparación

 En algunos casos, la comparación puede servir de inspiración. Ejemplos sobran, pensemos solo en los héroes de los niños, lo cuales posteriormente tratan de imitar sus cualidades. Aún en la adultez nosotros tenemos personajes ejemplares en los cuales muchas veces basamos algunas de nuestras decisiones. Sin embargo, algunas veces las comparaciones no son nada deseables y tienden a destruir en vez de construir.

"no soy tan bonita como ella", "no soy tan talentoso como él", "no soy tan popular como tal persona". En cada caso nosotros nos estamos rebajando a un escalón por debajo de quien estamos comparando, y nuestra autoestima sufre. Estas comparaciones no son más que oraciones formuladas, pero el significado que le damos y el contexto en las que las hacemos son lo que realmente indica la peligrosidad de este pensamiento. Porque no es solo una descripción de algo que vemos, sino es también un castigo. El mensaje de la comparación es degradar el valor que apreciamos de nosotros mismos y enaltecer al otro con el que estamos haciendo la comparación.

Una vez más hay que recordar que el valor de cada uno en su esencia no se puede devaluar, más allá de que nosotros en nuestra mente lo hagamos. La solución para este tipo de conducta, es simple pero difícil. No comparemos, empecemos a reconocer las cosas positivas de otras personas sin degradar las nuestras.

Las comparaciones son muchas veces capciosas e innecesarias. Si yo pregunto en una construcción quién es más importante ¿El ingeniero o los obreros? la realidad indica que sin alguno de los dos, la obra se paraliza. Por ende todos somos importantes y todos contribuimos al resultado, es cierto que el trabajo de uno no siempre puede ser realizado por cualquier otro, pero eso lejos de ponernos en una escala inferior, lo único que hace es diversificar el trabajo en conclusión nos permite ser diferentes.

Por ende siempre cabe preguntarse ¿Es necesaria la comparación? ¿Adquiero algo comparando? ¿Gano algo realmente con hacerlo? ¿O simplemente estoy buscando una excusa para criticarme?
Si nosotros nos comparamos todo el tiempo sin tener en cuenta que los que son audaces en algunas áreas no lo son para otras, entonces vamos a cavar un hoyo en nuestra autoestima.

La solución posible para este tipo de conducta como ya se dijo, es no realizar comparaciones innecesarias y si se las hace tener en cuenta que cada uno sobresale en distintas áreas y es menos audaz en otras. Aún así, también hay que tener en cuenta cientos de factores que pueden hacer que una persona no se destaque por el momento en algo, y eso incluye el período de preparación y de adquisición de habilidades. Así como también malos momentos personales.

Una persona feliz no brilla a costa de hacer opacas las otras luces. Simplemente brilla sin importar el contexto.

Reconociendo distorsiones cognitivas: pensamiento despreciativo

 Imaginemos por un momento que estamos en un museo donde hay muchas pinturas de gran calidad. Sin embargo en el proceso de armar la exposición una de las 4 pinturas de la planta superior, sufrió un accidente y se dañó, rasgando una parte de la tela visible pero pequeña.

Supongamos que las pinturas todas eran de una escena similar pero de distintos personajes. ¿Cómo llamarías a la pintura para identificarla cuando quieras hablar sobre ella con un amigo que también la visitó?

Opción 1: ¿Has visto la pintura del personaje del caballo?
Opción 2: ¿Has visto la pintura rasgada?

Una persona con un pensamiento pesimista y despreciativo, se enfoca en las fallas, en lo negativo de algo y lo toma como un todo. Es decir, tiende a usar la opción 2 para describirla.
Estas personas no ven la magnífica escena que está representada con entusiasmo ni con admiración, porque esa rasgadura de la tela capta toda su atención y disminuye el valor del contexto. Y es una gran pena, porque no puede disfrutar de la obra a pesar de poder hacerlo.

Esto mismo puede pasar a nivel personal con nosotros mismos, muchas veces tendemos a ser sumamente duros con nosotros cuando nos calificamos. Incluso tendemos a ser más severos que los demás, y con cosas que quizá el resto no tiene en cuenta cuando interacciona con nosotros. Pero para nosotros es todo un tema, todo un mundo, todo un problema.

Es importante detenernos a pensar si estamos siendo demasiado severos con nosotros mismos, porque de verdad que no merecemos hacerlo. Primeramente es bueno pensar en caso que haya algunas cosas que no nos agraden de nosotros mismos, y decirnos "Ok, esto no me agrada mucho. pero en el medio de todo esto, ¿Qué cosas sí me agradan de mí?"

Porque muchas personas tienden a centrarse en lo malo que ven en sí mismas y olvidan lo bueno, a tal punto que dejan de progresar estancados en su mirada severa contra un punto de su personalidad, cuerpos u otra esfera personal.

Es una buena idea, empezar a ver la escena completa del caballo y no solo la rasgadura, que en efecto, también sirve como rasgo para identificarla y eso no es malo. Con esto queremos decir, que muchas cosas que a veces vemos como defectos, son en realidad rasgos que podemos hacer nuestros aliados. Ejemplo. Generalmente cuando uno dice que tiene un lunar, no lo relaciona con algo positivo. Al menos es algo neutral. Pero sin embargo, muchas veces hemos visto en los dibujos animados que a la mujer bonita generalmente le ponen un lunar al costado de los labios. ¿Y esto por qué es? Bueno, la rasgadura de la pintura sirvió para darle personalidad y fue transformada en una aliada y no en un problema.

Reconociendo distorsiones cognitivas: Pensamiento emocional

¿Alguna vez has escuchado el término "argumento ad consequentiam"? Esto se trata de un tipo de falacia que consiste en justificar o dar una respuesta a un argumento haciendo referencia a las consecuencias del mismo. Ejemplo:

1- "Juan debe ser una buena persona, sino no lo habrían elegido Presidente."
2- "... debe ser millonario, si no no estaría vistiendo de etiqueta."

Como vemos en estos casos, sacamos una conclusión apresurada en función de lo que nosotros pensamos o sentimos con respecto al contexto en que lo vemos. Es decir, vemos que está vistiendo de etiqueta y eso nos hace recordar a la imagen de un millonario, automáticamente sacamos la conclusión.

Esto quiere decir que nosotros estamos igualando la realidad de manera automática a la apreciación de nuestros sentimientos. Es decir, le damos el valor a algo que vemos según lo que nosotros sentimos y no según la realidad.

Esta es una gran causa de muchas desilusiones en la vida de pareja. A veces uno cree que una persona es de determinada manera y se encierra en esa creencia, por el motivo que sea, sea enamoramiento o sea que somos muy emocionales en nuestro pensamiento. El resultado es una posterior desilusión y un sentimiento de vergüenza o " de sentirse tonto/a" por haber creído algo que no resultó ser verdad.

Lo importante es no adelantarse a la situación, descubrir de a poco la realidad es una buena idea para ir digiriendo los distintos aspectos de una situación. Podemos tener sí, una mente abierta y aceptar a algunos sentimientos como "consejeros" o indicios. Pero, no podemos sacar conclusiones totalitarias en función a ellos, la razón puede primar y ver aquellas cosas que los sentimientos quieren saltear y abrazar sin antes averiguar, indagar, investigar.

Pero los ejemplos que vimos arriba eran propios de conclusiones positivas. Es decir, l ilusión de que una persona sea buena y que por ello haya sido elegido presidente, o la ilusión de que sea millonario porque vestía de etiqueta. Ambas están relacionados con conceptos positivos para la mente general.

Ahora bien, también están los conceptos negativos. Y eso se ve mucho en prejuicios:

"Ese hombre es un infeliz, lloró toda la noche"
"El es un mal jugador, de lo contrario su equipo no habría perdido"

Otra vez, en esto ejemplos vemos que la persona tiende a explicar su argumento con la consecuencia visible de algo que no necesariamente es producto del mismo. Quizá el hombre es la persona más feliz que puedas encontrar en la vida y sin embargo al recibir una noticia triste sintió la necesidad de llorar toda la noche.
Quizá el jugador es verdaderamente muy bueno, pero su equipo no juega de manera que él pueda expresar toda su mágica acción.

Y así hay muchos ejemplos.
Aquí lo importante es no justificar lo que vemos en función de lo que sentimos, o pensamos sin fundamentos para hacerlo. Siempre hay que pensar ¿Es acaso la única opción que explica este comportamiento? ¿O solo es una de muchas?

Reconociendo distorsiones cognitivas: Asumir

La palabra "sí" significa que estamos aceptando algo. Es decir que estamos dando por certero algo en cuestión. Sin embargo no siempre justificamos o aceptamos algo con un estudio del caso, a veces simplemente se deja llevar uno por los preconceptos que uno tiene sobre algo.

Un ejemplo típico de algo es el primer día de trabajo uno encuentra a una persona de mal humor, que responde de manera desinteresada a nuestro saludo. Automáticamente uno tiende a pensar "es una persona fastidiosa", y sin embargo, no estamos teniendo en cuenta todo el contexto en el que esa persona probablemente esté y tampoco analizamos cuál es el motivo de su descontento o desinterés.  Aún así, para nosotros pasa a ser el "fastidioso" del trabajo.

Esta situación anterior es un claro ejemplo de lo que hace la presunción, donde nosotros nos adelantamos al resultado de un análisis dando nuestra valoración del caso como certera sin justificar o si quiera indagar.

Quizá al día siguiente la situación de este hombre "fastidioso" cambia y en el saludo descubrimos una personalidad totalmente abierta y cálida. ¿Qué pensamos ahora? ¿Quizá nos equivocamos? Es muy probable. Porque la posibilidad de que no le hayamos caído bien y que por eso nos haya saludado de esa manera, es uno entre muchas. No estamos diciendo que no es posible, estamos diciendo que no podemos dejar nuestra ansiedad ganar, no es buena idea sacar un juicio apresurado. No es bueno asumir que algo es así sin darle el espacio y tiempo necesario para sacar una conclusión.

Sin embargo esto no termina aquí. Ese saludo desinteresado a veces significa mucho para algunas personas y hacen de eso una cadena, que continua con pensamientos tales como "no, no voy a ir a la fiesta a la que fui invitado porque me va a pasar como en el trabajo". A partir de aquí entramos en un laberinto de posibilidades erróneas o fuera de contexto basadas solo en la mala experiencia del trabajo. Esto nos limita y no nos deja descubrir, a su vez, la realidad en la que estamos inmersos.
Empezamos a pensar que no valemos o que la gente no nos quiere, o que no somos queridos. Esto trae aparejado una disminución y daño a nuestra estima.

Por eso es importante reconocer los momentos en los que estamos estableciendo juicios apresurados. A partir de esto solo podemos evitarlos dando oportunidad a la situación. Por ejemplo, en el tema de la fiesta podemos armarnos de valor e ir igual, de esta manera evitamos que el prejuicio nos gane a nuestra voluntad. Y luego, ser conscientes de que en efecto a algunas personas podemos caerles bien y a otras mal, y también ellas a nosotros. Es algo normal que suceda, pero no debe imperar ese sentimiento sobre nuestras decisiones ni sobre nuestra vida cotidiana.

Reconociendo distorsiones cognitivas: generalización

Generalizar es normal, de hecho nos sirve para entender muchas cosas de la vida real. Pero aquí no estamos hablando de un razonamiento aplicado con lógica sino a un pensamiento distorsionado que exagera la generalización y que por ende muchos lo llaman " sobre-generalización "

La sobre-generalización se basa en tomar una premisa y hacerlo general para todo un grupo. Un ejemplo muy común de esto es el típico caso de una persona que no tuvo buena experiencia en el amor. "Mi novio/a me fue infiel" entonces " Todos los hombres/mujeres son infieles".

La forma de reconocer estos pensamientos totalitarios es primeramente reconocer aquellos juicios que comienzan con las palabras "Todos / ningún / siempre / nunca " etc. y que están seguidos por una oración generalmente negativa, pero que no está justificada más que en una experiencia personal y de forma apresurada.

Luego de reconocer la existencia de estas sobre-generalizaciones, el siguiente paso es transformar esa palabra inicial totalitaria (nunca, todos, siempre...) por el término "algún" "algunos" "algunas veces".
Esto lo que hace es disminuir el poder de la oración y del juicio y deja la posibilidad de que existan excepciones, cosa que no es posible en una oración totalitaria y generalista.

Lo importante de todo esto es poder reaccionar sobre la importancia que tiene ser justos a la hora de describir la realidad, para no tener juicios sesgados o distorsionados. Ya hemos hablado sobre la importancia que tiene para el autoestima reconocer el ambiente en el que estamos inmersos.

Dejar de generalizar nos permite perder el miedo a la siguiente posibilidad, de hecho nos abre las puertas a futuro, de una segunda chance para volver a intentar algo. Cosa que la generalización n o brinda, porque forma una coraza para evitar algo que nos ha generado dolor en algún momento, sea por ejemplo una mala experiencia de pareja.

En este último caso, lo importante es no generalizar. No considerar que "todos los hombres / tods las mujeres son iguales" sino "algunos hombres, algunas mujeres". Con esto le estamos dando la posibilidad a otros a conocernos y a nosotros a conocerlos. Siempre, luego de un tiempo prudencial y siendo totalmente sinceros de que queremos volver a interaccionar con gente sin buscar quitar el clavo viejo.



Reconociendo distorsiones cognitivas: etiquetar

Es muy común que las personas etiqueten todo lo que los rodea con algún adjetivo e incluso se suelen etiquetar a sí mismos y no siempre de manera agradable. De hecho, generalmente lo hacen de manera despectiva y dura "soy un idiota", "me lo merezco por tonto" "¿cómo no lo vi venir?" "soy horrible".
En general personas con cuadros depresivos, tienden a usarlos de manera generalizada autolesionando su autoestima.

¿Será que este tipo de pensamientos maliciosos puedan estimular a la persona a cambiar? Yo sé que en muchos casos, cuando recibimos insultos tendemos a fortalecer nuestra mente para dar una respuesta y demostrar que eso que se dice no es así. Pero recordemos que en este caso, el que se está etiquetando e insultando es uno mismo. No es común que autoinsultarse o autoetiquetarse nos pueda servir de trampolín para alcanzar una meta.

Por lo tanto, para el autoestima es una real bomba destructiva. Recordemos cuando hablábamos de que detrás de los pensamientos sobreviene la emoción. Con esto estamos alimentando las emociones negativas hacia nosotros mismos.

Podemos evitar esto juzgando el desempeño en vez de el actor. Es decir, viendo qué es lo que hicimos y por qué salió mal o no obtuvimos el resultado esperado. Es una vez más decir "ok, salió mal. Veré qué hice mal y no lo volveré a repetir. De esa manera pienso conseguir un mejor resultado luego".

Etiquetar simplemente no respeta la integridad de la persona. No se puede describir la totalidad de una persona con una palabra. Y es una tarea injusta si vamos a describir nuestra vida y a quienes nos rodean con una sola palabra.

Reconociendo distorsiones cognitivas: todo o nada

Este tipo de pensamiento es muy común en todas las personas. Siempre tendemos a decir "todo o nada" en algún momento de nuestra vida y no tomamos en cuenta los grises. Ejemplo típico: "estudié mucho para mi examen y estaba convencido de que sabía. Pude explicar a mis amigos algunos temas y aún así no obtuve una nota alta. Soy un idiota"

Es decir, en el pensamiento previo vemos que la persona considera que por saber mucho de un tema debería obtener la más alta calificación. Pero como no la obtuvo, nada de lo anterior para él tiene valor. No importa para él el poder haber ayudado explicando el tema a otros, el haber aplicado la teoría, e incluso haber aprobado. Lo "realmente" importante para él era obtener la máxima puntuación, y ante la adversidad, se descalifica en términos despectivos."

Como dije al principio, es un pensamiento muy común de la gente en general. Y muchas veces incluso se lo utiliza para el humor, precisamente porque tiene su cuota de extravagante y ridículo.

La forma ideal de ir reemplazando este pensamiento primero es reconocerlo, ver en qué situaciones está siendo utilizado. Preguntarse el por qué. Y mientras se descubre la causa poder voluntariamente decir "ok, no obtuve un diez pero pude aprobar. Ahora me centraré en ver en qué me equivoqué y la próxima vez intentaré hacerlo aún mejor"

En este último pensamiento, vemos que la persona acepta su situación. Se alegra por haber aprobado, y toma el error como aprendizaje para luego llegar más alto.

Alejar pensamientos negativos

La autoestima nos permite vivir una experiencia de vida placentera. Pero si nos ponemos a pensar, ¿por qué a veces esto no es así? ¿Qué es lo que nos impide poder disfrutar la vida de esta manera? La respuesta a ello es: los pensamientos negativos.

A veces los pensamientos negativos surgen con una razón lógica, por ejemplo, ante la muerte de un familiar es lógico tener que realizar un duelo. Los pensamientos negativos en estas etapas son normales y hasta necesarios para poder realizar una secuencia de duelo normal.

Sin embargo, muchas veces los pensamientos negativos son irracionales o exagerados, e incluso peligrosos cuando se camuflan bajo otros tipo de pensamientos que usan como disfraz para llegar al mismo punto, hacernos doler. Si esto se mantiene por mucho tiempo, pasamos a sufrir un oscurecimiento de nuestro corazón y nuestra capacidad de disfrutar la vida.

La terapia cognitiva, una de las ramas de la psicología que ayuda a las personas a identificar el problema de base, los reta a enfrentar a ese problema y luego reemplazar esos pensamientos por otros más constructivos gracias a distintos procesos, es una gran aliada para poder eliminar estos pensamientos parásitos que nos roban energía valiosa que podríamos utilizar para otras finalidades más productivas y felices. De hecho esta forma de terapia se utiliza con mucho éxito en el tratamiento de problemas de ansiedad, ira y depresión. Y como los problemas de autoestima suelen estar relacionados a problemas  ansiedad y depresión, entonces sus métodos también son muy efectivos a la hora de construirla.

De esta manera, podemos simplificar (demasiado) el proceso basal en la que se basa (simplificando demasiado) la terapia.

La ida principal es que ante una adversidad nosotros desarrollamos pensamientos y esos pensamientos se convierten en emociones. La adversidad es todo aquello que genera un estrés en el status quo de la vida o al que tendemos. Ese estrés está representado por un evento, una situación, un acontecimiento o un accidente.

Esto es muy común por ejemplo en personas que han sido criadas con padres sobreprotectores. Lo más probable es que esa persona en su subconsciente piense  " siempre mis papás estuvieron sobre mí viendo y revisando todo lo que hago, decidiendo por mí y no dejándome enfrentar la vida. Debo ser muy poco útil y no debo servir para hacer nada bien sin ayuda." Como resultado, el psiquis de nuestro amigo en cuestión se dirige hacia una depresión, concluyendo todo en una emoción de desagrado por sí mismo y por la situación en general.

¿Qué pasaría si en vez de pensar eso hubiese pensado "mis papás no dejan que haga las cosas a mi modo, solo quiero un poco de libertad. ", probablemente este pensamiento llevaría a una emoción de curiosidad y ganas de descubrir el mundo personalmente sin ayuda. Quizá probablemente  busque valerse por sí mismo, al punto en el que genere un planteamiento a sus padres sobre la forma en que lo están tratando. Es aquí cuando las peleas entre padres e hijos se vuelven más frecuentes. Pero todo puede llevar a buen puerto siempre que haya negociación.

Lo importante de esto es demostrar que luego de los pensamientos sobreviene el sentimiento y eso nos puede elevar o nos puede hundir. Por este motivo, los pensamientos son muy importantes a tener en cuenta y es una materia central en la terapia cognitiva. Sobre todo aquellos pensamientos negativos exagerados o irracionales que nos hacen sentir incómodos con nosotros mismos y que surgen de manera casi automática. Esto es lo que se llama distorsión y nos impide vivir tranquilamente nuestro desarrollo personal.

Por tal motivo, es importante aprender a identificar aquellos sentimietnos negativos irracionales, ponerlos a prueba y reemplazarlos por otros más constructivos. En la medida que lo vamos logrando vamos obteniendo control sobre nuestra vida y nuestras emociones.

Pero lamentablemente no es algo tan simple y muchas veces requiere de un profesional experimentado que pueda ayudarnos y guiarnos en el proceso (esa es la idea de la terapia). Sobre todo para descubrir nuestros patrones de pensamiento ya sean buenos o malos, porque nos dan una idea de cómo pensamos y cómo interpretamos la vida.

Ante situaciones traumáticas, nuestra estima puede dañarse o puede fortalecerse dependiendo del apoyo y el contexto de pensamientos propios que acompaña luego de que esa situación pasa. Sin embargo no es tan sensillo porque también hay otros factores como la salud, el descanso, las condiciones ambientales en las que se vive que pueden afectar el proceso y el pensamiento.

La buena noticia es que los responsables de los pensamientos que llevamos en nuestra cabeza somos nosotros mismos, pues, por más que los eventos pueden influir en la forma en que pensamos, también en última instancia somos nosotros los que cedemos a aceptarlos. (a veces no queda otra opción), pero lo importante no es si somos o no somos culpables de tener estos pensamientos en nuestras cabezas sino, que así como nosotros cedimos a aceptarlos también podemos apartarlos. Y eso depende de las actitudes que tomemos en adelante.

Actitudes para el autoestima: Generosidad

A pesar de ser una de las actitudes más relevantes para el desarrollo de relaciones interpersonales, para el desarrollo de una buena convivencia, para el fluir de nuestra vida en sociedad; la generosidad se ha devaluado tanto en la cultura occidental que ya no se la practica con frecuencia, quizá por la continua demanda a incorporar bienes materiales para enriquecimiento propio sin invertir casi nada en el enriquecimiento personal. Guardando el dinero bajo cuatro llaves y perdiendo la vida que va pasando por el costado.

La generosidad de los corazones genera la diferencia evidente entre el valor de una persona y el valor de lo material. También pone en evidencia el sentido del valor y no demostrar que algo vale según cuántos números luego del signo dólar posea su tasación.

De hecho, para ser generosos no hay que pensar en ser rico y otorgar dinero. Muchas veces somos generosos cuando prestamos una mano en ayudar a alguien en la calle que lleva bolsas pesadas, cuando practicamos la paciencia ante los gritos de alguien que tuvo un mal día, cuando somos corteses, cuando damos ánimo a alguien abatido, etc.

Ofrecer la presencia de uno y la acción que no sería realizada si no estuviéramos presentes, eso es ser generoso. No necesariamente regalar dinero. De hecho dar es una acción que puede enaltecer muchos corazones y almas. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con el autoestima? Tal como lo dijimos en el tema de la compasión y la empatía, estamos reconociendo en el otro su esencia. Queremos ayudar porque proyectamos en los otros nuestra propia existencia y podemos entender cómo nos sentiríamos nosotros mismos frente a una determinada situación. Además, recibir ayuda generalmente es motivo de alegría y nos hace sentir conectados, acompañados. Nos ayuda entonces a generar vínculos que están basados en reconocer la esencia del otro y eso nos genera felicidad.

Hagamos el ejercicio de cerrar los ojos por un momento e identificar 3 momentos en los que fuimos generosos esta semana, y nuestros sentimientos que rodearon a tal situación.

Actitudes para el autoestima: sabiduría

¿Alguna vez has escuchado la frase atribuida a Napoleón que dice "el sabio busca la sabiduría, el necio cree que la ha encontrado?

Pues bien, la sabiduría no es saber mucho de una sola cosa sino que está más relacionada con el actuar prudente en la vida sobre las cosas que acontecen. Y para ello la experiencia de vida nos ayuda en grado máximo, después de todo, todos sabemos que a los más ancianos se los considera generalmente gente sabia, al menos en lo general.

Esto es porque no estamos hablando del conocimiento en ciencias o arte, sino más que nada de la experiencia de vida. Lo bueno que nos otorga la sabiduría entendida de esta forma, es que podemos descansar en ella, y ver aquellos sentimientos desagradables o displacenteros con compasión, tal como si estuviéramos mirando al océano batir sus olas furiosas por encima, pero que por debajo de la superficie hay una gran masa de calma y serenidad.

Esta actitud prudente que nos otorga la sabiduría, nos ayuda a estar calmos frente a las tormentas, sin ahogarnos en las complicaciones de la vida, ni armar juicios precipitados basados en la ira o en la adrenalina del momento.

Una persona que puede interpretar así la vida, tiene un camino asegurado y un ladrillo más en la construcción de su autoestima.

Actitudes para el autoestima: Compromiso

Paulo Coelho en su libro 'El alquimista' escribía una frase que decía algo así como ' si deseamos algo con muchas ganas, el universo entero se mueve para que lo consigas '. Y es una gran verdad, pero en este caso no hablaremos del misticismo sino del compromiso.

Comprometerse quiere decir tomar la responsabilidad de tomar decisiones y realizar acciones que por más que no estén en nuestro agrado, las haremos con el fin de conseguir una meta estipulada. Y que haremos todo lo posible aún sin ganas, para lograr llegar a esa meta.

Por ejemplo, en una relación amorosa , uno se comprometa a hacer crecer esa relación. Es decir terminamos por formar una intención que está relacionada con vivir felices, y fija la intención de encontrar vías para conseguirlo.

En el caso el autoestima, este concepto, es sumamente importante. Pues quiere decir que empezamos una relación con nosotros mismos, en la búsqueda de acciones, actitudes, deseos, metas, etc. etc. de conseguir nuestra felicidad y desarrollarnos al mayor potencial posible nuestro ser. Y esto quiere decir también que vamos a poner en práctica todas estas acciones aún cuando no nos sintamos con ganas. Después de todo, primero debemos desear, el deseo nos llevará a la acción y la acción a la consagración de nuestras metas.

Actitudes hacia el autoestima: El buen humor

El sentido del humor, algo tan humano, no solo nos permite relajar nuestro estrés en nuestra relación con la realidad que nos rodea, también es una vía de escape de "energía negativa" (pensamientos negativos) para liberar esas tensiones al "ridiculizarlos".

Gran parte de las patologías psicológicas que pueden afectar al humano pueden tener en común una tendencia a permanecer exageradamente serios, tristes y solemnes ante las condiciones presentes de nuestra vida. En otras palabras, más comunes, de tomar la vida 'demasiado en serio'.

Tomar la vida 'demasiado en serio' no es más que una frase exagerada para describir un comportamiento exagerado. La vida en sí misma no puede ser tomada "demasiado" en serio, sino que o se la vive lleno de obligaciones y preocupado por cada uno de ellos sin prestar atención a nuestras necesidades más profundas, o se hace todo lo contario, o se busca un punto medio.

Sin embargo, es necesario saber que todos hacemos alguna vez en la vida cosas ridículas. Y no está absolutamente nada mal, pues, nadie nace sabiendo. No somos robots automatizados, vivimos y nuestra vida se basa en aprendizaje y el aprendizaje se basa en experiencia y la experiencia contiene una seguidilla de errores, compensación y acierto.

Reírnos a veces de nosotros mismos o de nuestra situación es un buen método para liberar esa preocupación exagerada que a veces le brindamos a las cosas en general. Es también parte de aprender a disfrutar la vida y uno de los mayores retos a los que nos podemos enfrentar, pues no es fácil encontrarle el sentido cómico a algunas situaciones de la vida.


Actitudes hacia el autoestima: Mente virgen

hay una diferencia entre una mente experimentada y una menta de principiante. La primera tiene conocimientos y memorias que tienden a hacer que la persona prejuzgue con más facilidad (erradamente o acertadamente) las situaciones. En cambio la mente de un principiante está por su propia condición de inexperto, abierto a todo tipo de estímulo que pueda surgir. Está atenta, al acecho, latente y completamente abierta a cualquier tipo de aprendizaje.

De hecho en la vida cotidiana podemos escuchar muchas veces que "abramos nuestra mente", que leamos o veamos algo con "mente abierta" y no juzguemos antes de tiempo. Esto es muy parecido a volver a nuestra mente de niños, completamente alerta a cualquier estímulo. Todo la estimula y todo le parece nuevo y fantástico de explorar.

Tal como si fuera la primera vez, la primera experiencia, el primer contacto. Tratemos de no asumir automáticamente que nuestra experiencia, nuestro juicio no pueda ser encantado o incluso cambiado ante el desarrollo de hechos que consideramos "conocidos", "vividos".

Este pequeño consejo sobre la actitud de un inexperto, nos puede abrir grandes puertas para descubrir el mundo. Y en ese proceso nuestra autoestima también se descubre, pues somos nosotros volviendo a redescubrir la realidad en la que vivimos. Somos nosotros siendo nosotros, somos nosotros siendo personas, somos nosotros dejando de ser automáticos.

Actitudes hacia el autoestima: No apegarse

El apego o la dependencia, algo que está muy relacionado uno con otro. En oriente se enseña que el apego es considerado como una escalera hacia la infelicidad, o mejor dicho, es un camino que lleva hacia ella.

No sé si ser tan drástico en decir que es un camino asegurado hacia ella, porque no he analizado todas las situaciones del mundo. Sin embargo, podemos decir que a rasgos generales que sentir que se necesita de tener algun u otro tipo de objeto material para vivir feliz o estar triste por no tenerlo, sería una especie de infelicidad gratuita que nos estamos autoimponiendo.

Esta misma situación es muy común en las rupturas de pareja, o en las relaciones dispares o desequilibradas donde una persona sumisa de la otra suele obsecionarse con su compañero a tal punto que se torna en una relacion dependiente. Es un gran tema que podemos analizar en otro apartado, aquí podemos mencionar que existe la situación y que también entra en el grupo de los apegos.

Con respecto a la autoestima, podemos decir que estar pendientes todo el tiempo de algo externo a nuestras necesidades básicas, o quizá a algo propio pero no indispensable tal como la apariencia corporal, puede llevarnos a la devaluación de nuestra autoestima. Pues estamos diciendo consciente o inconscientemente que nuestra felicidad se basa en los accesorios externos o en la apariencia, y nada más lejos de la sanidad de nuestra alma.

Esto no quiere decir que debemos dejar de atender nuestro cuerpo, solo quiere decir que no es necesario obsecionarse, que tampoco es vital para poder conseguir la felicidad y que nuestra autoestima no se basa en eso. Si uno quiere dedicarle un largo tiempo a peinarse por alguna razón ene especial, nada hay contra ello. Si alguien quiere salir y desear y comprarse y regocijarse por comprarse un vestido que añoró mucho, no hay nada contra ello. Solo importante tener en cuenta que esa persona puede ser feliz con o sin ese vestido, con o sin ese peinado.

Podemos decir que en ciertas forma, todos tenemos todas las herramientas y recursos para ser felices. El resto es accesorio y da un color específico a la ruta que elegimos, pero no la define.
Es decir lo accesorio no es la fuente misma de nuestra felicidad.

Recuerda que nuestra capacidad de ser felices ya existe en cada uno de nosotros, solo que en algunos casos está adormecida. No es necesario luchar para aparentar ser algo que no somos, porque eso nos aleja de nuestra realidad y perdemos espontaneidad en la vida. Apreciándonos a nosotros mismos, ganamos autenticidad y con ella despertar nuestro instinto de felicidad.

Actitudes hacia la autoestima: No prejuzgar

Cuando nosotros imaginamos a un niño jugando, por lo general traemos a nuestra mente un jovencito sin inhibición haciendo de las suyas y divirtiendose de manera inocente. Luego, ese mismo niño va creciendo en un ámbito determinado, moldeado por muchas reglas algunas impuestas y otras convenidas por su familia. Posteriormente adquiere la capacidad de volverse juez y el desarrollo de este proceso culmina en un adulto que realiza juicios de cada cosa y culmina por experiencia o sin experiencia en la fabricación de prejuicios.

¿Alguna vez te has puesto a pensar que frecuentemente nosotros los "ya no niños" realizamos juicios gratuitos? ¿Alguna vez te has puesto a pensar qué poco frecuente es que nos divirtamos sin inhibición e inocentemente? ¿Y qué decimos cuando pensamos en hacerlo? ¿No asaltan nuestra mente pensamientos como ' no, haré el ridículo en frente de todos ', ' no, en esto siempre fallo' , ' no, porque fulano es más listo en esto que yo y me compararán ', 'nunca voy a conseguirlo' ?

Pero pensemos por un momento, si yo quiero avanzar. ¿Qué me es más beneficioso? ¿Justificar y brindarme automisericordia o motivarme a pesar de los obstáculos? Sí, lo sé, suena fácil decirlo y es arduo ponerlo en práctica. Pero ese sentimiento arduo dura minutos quizá horas, y luego desaparece para dar lugar a nuestro desarrollo personal.

Lo importante es no darle verdadera identidad a esos pensamientos, no darle una verdadera validez. No generar un juicio previo de manera gratuita. Saber distinguir aquellas situaciones en las que no queremos hacer algo porque incluye un real peligro contra nuestro ser de aquellas situaciones en las cuales lo que evitamos es solo sentir ese comezón en la nuca porque no hicimos las cosas como queríamos que salgan. Realmente, ese comezón en la nuca, esa sensación de estómago vacío o ese enrojecimiento pasajero de nuestras mejillas que llamamos vergüenza, es también un ingrediente para el éxito. Nadie nace sabiendo o siendo un maestro, se consigue eso gracias a la práctica y a la constancia. Con lo cual todos tenemos derecho a desarrollar nuestras habilidades.

A su vez, si esos sentimiento son muy fuertes. La visita a un terapeuta puede ayudarnos. Pero también debemos practicar, podemos hacerlo con cosas o situaciones pequeñas e ir subiendo la intensidad de a poco. A veces, solo basta no prestar atención a esos sentimientos, apagar esas voces maliciosas o miedosas y liberarnos para poder notar nuestra existencia, lo que está sucediendo y nuestra respuesta a ello.

Actitudes hacia la auotestima: Compasión

Quizá en este apartado estemos hablando de una de las más importantes actitudes a tomar en cuenta cuando hablamos del desarrollo personal y la autoestima. La compación se puede definir como un sentimiento de agobio o tristeza ante el sufrimiento de otras personas y el consecuente deseo de poder ayudar. Se encuentra relacionado de manera muy estrecha con el amor y con la bondad, que es el tipo de sentimiento universal que está presente en todas las culturas humanas.

Quizá también, en nuestro hemisferio occidental y las culturas en las que estamos inmersos todos nosotros, el concepto de compasión es algo que lo vemos como externo a nuestro ser, una especie de conseción, de algo que se da o se otorga hacia otras personas. Pero en realidad hablamos de una actitud que no solo se extiende desde nosotros al otro sino que también nos incluye.

En cierta forma se podría decir que las personas que pueden sentir compasión por las demás suelen tener cirto nivel de autoestima. Después de todo, estamos diciendo que reconocemos que hay situaciones que nos hacen sufrir, y sabemos que no es agradable. Por ese motivo, también deseamos que esa persona ajena a nosotros deje de sufrir. Es un acto de proyección, de empatía. Es reconocer que los demás también son como nosotros en esencia y que nadie vale menos que ningún otro.

La compasión sería una especie de extrapolación hacia el exterior de nuestra autoestima. Desarrollar la compasión intentando ponerse en los zapatos del otro es un buen método para desarrollarla, sin exagerar. Podemos ser compasivos hacia todas las personas en general y esto también nos incluye a nosotros, es una experiencia que nos beneficia tanto a donante como receptor, nos involucra en un esfuerzo que desarrolla nuestro corazón y nos permite desarrollar una lucha para superar el sufrimiento.

Actitudes hacia la autoestima: Paciencia

Según la RAE, la paciencia se define como la capacidad que tiene una persona de poder soportar algo sin alterarse a sí mismo, así como también el poder esperar cuando algo se desea mucho.
Podemos decir que el crecer tanto para nosotros como para otros seres vivos, suele llevar tiempo. cuando por ejemplo plantamos una semilla, por mucho que deseemos verla germinar y posteriormente crecer, los tiempos que se toma cada estadio para desarrollarse no se aceleran.



Sin embargo, por mucha ansiedad que nos genere el proceso, solemos aprender a esperar y no insultamos a la semilla por no ser ya un árbol. Entendemos que esto lleva un tiempo y como tal lo aceptamos e incluso acompañamos.

Es más, nuestras ansias por verla crecer nos permite ponerla un el mejor suelo abonado que encontremos, le permitimos un ambiente fértil, la cuidamos y la regamos periódicamente. En conclusión, realizamos todas las tareas necesarias para que la semilla de su fruto.

Posteriormente, cuando vemos los primeros resultados nos embelesamos con ellos y pasamos largas horas junto a la maceta donde plantamos la semilla viéndola en todo su pequeño pero gran esplendor. Por poco que sea el brote, nos alegramos y aumenta nuestra satisfacción con el pasar de los días que traen consigo más crecimiento para la planta. Esta ilusión retroalimenta nuestras acciones y pasamos a cuidar quizá aún con más ahínco el experimento.

La paciencia, en todo esto, estuvo presente ayudando al sembrador en su procedimiento y técnica, durante todo el tiempo. Soportó la espera y se regocijó con el fruto. De la misma forma que nosotros plantamos semillas, debemos plantar buenos hábitos para nosotros hasta el punto que nos conduzca al desarrollo personal que ansiamos.

Sin embargo, nosotros los humanos, tendemos a ser mucho más duros con nuestras semillas personales. Tendemos a insultarlas por no ser ya árboles y las regamos solo cuando algo nos hace recordar que aún nuestra planta está a medio camino.

Modificar este punto de vista sobre nuestras metas y logros y las acciones que desarrollamos para lograrlas, es fundamental si queremos perseverar en el éxito.

Actitudes hacia la autoestima: Aceptación



Aceptación significa tomar o dar la bienvenida a algo. Aceptar, entonces, requiere que nosotros podamos ver claramente y con entera conciencia aquello que es bueno y aquello que no lo es, aquello que nos da alegría y aquello que nos genera dolor. Y comprender que la vida se compone en parte de cosas buenas y en parte de cosas malas, de tal modo que aprendemos a vivir sin generar una batalla por cada situación en la que nos encontramos.

Aún estando en desacuerdo, la aceptación nos permite decir "ok, las cosas no son como creo que deben ser pero esto es lo que hay y sobre esto debo actuar". Es la apertura de una puerta hacia la acción. Y una vez que podemos ver con claridad la situación, entonces ya podemos considerarnos libres para decidir qué hacer al respecto, es decir si actuar de manera constructiva o si dejamos que las cosas fluyan siguiendo su propio curso, de manera pasiva. Cualquiera de las dos opciones requiere aceptación para poder ser llevada a cabo


Cuando nosotros aceptamos un huésped en nuestro hogar, generalmente lo recibimos con gran placer sin intentar cambiar su forma de ser. De lo contrario no lo habríamos invitado. De igual modo, cuando nosotros nos aceptamos a nosotros mismos, podemos hacer una analogía con el recibimiento a nuestro huésped, podríamos decir que nosotros somos huéspedes de nosotros mismos y como tal podemos recibir una cálida bienvenida tal como lo hacemos a otras personas cuando nos visitan.

Reconocemos así que no somos seres perfectos. de esta manera aceptamos nuestras circunstancias y nuestro YO tal cual es en este momento y a partir de esta situación podemos comenzar a actuar para mejorar nuestras habilidades.

Más aún, la aceptación significa que no solo nos estamos aceptando a nosotros mismos sino también al mundo en el cual nosotros estamos inmersos, tal como es. Es decir que pase la situación que pase, sea de angustia, de felicidad, de vergüenza, de ira, de soledad, podemos decirnos a nosotros mismos "ok, esta es la situación actual. No la negaré, me puede gustar o disgustar, pero reconozco que este es el terreno en el que estoy pisando ahora." Solo así, podemos comenzar una verdadera etapa de cambio o de disfrute de lo ya obtenido.

Por otro lado, cabe destacar que la aceptación no quiere decir que debemos tomar un papel totalmente pasivo con respecto a la realidad. Una cosa es aceptar que la situación es de tal forma y otra es resignarse porque sí. Solo significa que estaremos viendo la vida tal cual se presenta, sin influir en nuestros juicios de ningún modo para tratar de obtener una fotografía del momento.

La experiencia del hombre indica que cuando el mal que nos aqueja es externo a nuestra esfera de actuación tendemos a evadirlo. Pensemos por ejemplo en una fiesta muy ruidosa en la casa del vecino, muchas personas optarán por salir a dar una vuelta y regresar cuando termine la fiesta o bien para cuando queden menos horas de la misma.

Sin embargo, cuando el dolor surge dentro de nosotros mismos, evadirlo suele ser contraproducente. Pero hay que distinguir bien cual es el panorama de los problemas. En algunos casos es mejor afrontarlos directamente y en otros es mejor simplemente dejarlos fluir porque se sabe que van a terminar en un período de tiempo adecuado. Sin embargo en ambos casos la persona es consciente de que el problema está ahí, puede identificarlo y saber qué existe. La manera de actuar para generar una respuesta a ese problema muchas veces es mejor consultarla con un especialista. Pues en algunos casos, como el ataque de pánico, enfrentar a la persona a su miedo de manera salvaje y brutal solo va a conseguir resentir más su dolor interno. Hay que ser cautelosos en la elección de nuestras acciones.

Por ende, no hay que evadir los problemas. El primer paso para poder desarrollar una respuesta adecuada es reconocer, aceptar que la situación es tal como es. Luego la respuesta se irá desarrollando de manera particular para cada situación.

Meditando para el autoestima

La meditación ha sido introducida a la vida cotidiana de muchas personas en Occidente recién en los últimos años del siglo XX. Probablemente por el mayor flujo de información traída y conseguida por la internet y el creciente interés de las personas por desarrollar nuevas técnicas y habilidades que le permita mejorar la calidad de vida.



Se cree que la meditación permite el desarrollo de un amplio rango de condiciones psicológicas y biológicas que ayudan en el tratamiento de varias dolencias tales como dolor, estrés, depresión, ansiedad, entre otros. Aparentemente lo hace gracias al incremento de la actividad de áreas de la corteza cerebral relacionadas con la felicidad y el optimismo. Los practicantes de esta actividad tienden de alguna manera a sentirse más confiados de sí mismo, aumentan el conocimiento introspectivo y mejoran su autopercepción.

Es una buena idea complementar el trabajo diario con técnicas de meditación. Gracias al control de la respiración y el flujo de los pensamientos, muchas personas logran sobrellevar mejor su carga cotidiana. Muchas de ellas prefieren usa el termino "desconectarse" cuando se refieren a la actividad de la meditación, ya que según ellas, la actividad les permite tomarse unos minutos de aislamiento de los problemas diarios para pasar a centrarse en sí mismos.

Ejercicio de Tomar Consciencia

En el ejercicio de construir nuestra autoestima debemos ser conscientes del mundo que nos rodea. Muchas veces otras personas y lo "externo" a nosotros puede afetar la forma en la que nosotros nos vemos. Esto lo tomamos generalmente como algo malo, sin embargo también podemos llevarlo hacia un lado bueno.

¿Cómo?, pues bien, existe en la vida varios círculos cíclicos que muchas veces van llevándonos a niveles más altos en la medida que se repiten. En este caso quiero que pienses por un momento, en el niño por primera vez ve a un músico profesional tocar un instrumento musical. Probablemente el niño se embelese con esta situación y comience a prestar más y más atención al músico y a la música que éste interpreta en la medida que pone en juego sus habilidades con el instrumento.

Supongamos que el niño puede presenciar el acto del músico por unos minutos y luego regresa a su casa. Esta experiencia, puede generarle a él el desarrollo de la curiosidad por la música y los instrumentos. Imaginemos ahora que el niño comienza a pensar en esto de tal forma que comienza a pedir a sus padres un instrumento musical.

En este caso, los padres luego de mucho pensarlo, deciden comprarle un violín. El niño se enfrentará por primera vez a él. Los padres al acceder dieron sin pensarlo demasiado, una muestra de apoyo y fuerza a su niño. Pues de alguna manera, le están dando un mensaje positivo de "aquí tienes tu instrumento" "creemos en vos y creemos que podrás tocarlo".

Esto genera un ambiente y una mente positiva en el niño. Quien sin duda se frustrará en su primer intento de tocar el instrumento, todos sabemos como suenan los instrumentos cuando no sabemos tocarlos. Sin embargo, el acto de haber conseguido que los papás hayan comprado el violín ya puede alentar al niño a enfrentarse al reto de aprender a tocarlo.

Luego de un tiempo, el joven ya podrá tocar sus primeras melodías y pensará "hey, pude lograr esto entonces también podré lograr más". Con esta mentalidad, cada progreso será una meta alcanzada pero también un punto de partida hacia otro nivel más alto.

Al cabo de un tiempo, el niño habrá aprendido a tocar básicamente el violín. Y todo esto, fue logrado por el conjunto del grupo conformado por " músico (que dio su ejemplo), niño (que dio su intriga), padres (que dieron su apoyo), niño (que sintió el apoyo y comenzó el proceso de aprendizaje)

De todo esto lo más importante es destacar que el niño, cuando comenzó a ver sus logros comenzó a entusiasmarse aún más, tomando consciencia de que puede lograr sus metas y usarlas como catapulta hacia nuevas metas aún de mayor complejidad. Esta toma de consciencia es la que permite al hombre desarrollar su autoestima en base a la exploración.

Pero ¿Qué pasa si hubiera fracasado en el intento? no son pocos los que se desilusionan con su instrumento musical. En este caso, lo mejor es ser consciente que somos un gran conjunto de diferentes facetas y habilidades por desarrollar. En caso de que no haya funcionado con un instrumento simplemente su puede buscar la misma meta con otro.

Pero en este campo, mucho tiene de importante la perseverancia y quizá sea un buen punto trabajarla e incorporarla al ciclo del progreso.

¿Nuestra autoestima pide que compitamos con otras personas?

Uno podría llegar a pensar que si tener autoestima quiere decir amarnos incondicionalmente y reconocer el valor que tenemos, entonces querría decir que el autoestima es de algún modo una competencia interpersonal por alcanzar algún tipo de satisfacción.

Si bien existen personas que toman esto de esta forma, y si bien dicen estar intentando desarrollarse como personas del alguna u otra forma de las que están de moda para "autoconocerse". También es cierto que el concepto de autoestima no pide que compitamos despiadadamente con otras personas. Tampoco nos pide competencia, porque la felicidad personal es individual y propia de cada uno. Mi felicidad personal no es idéntica a la de nadie. Porque soy una persona y como tal soy única e irrepetible. Es decir, el concepto de felicidad es uno en teoría, pero en lo práctico se aplica de manera individual para cada uno.

Entonces, el proceso de autoestima no nos pide competir con nadie. Nos pide centrarnos en nosotros por un momento, y comenzar a conocernos. Implica querer ser felices y directamente eso nos lleva a colaborar para que otras personas también encuentren su felicidad.

Una buena autoestima no se entristece por el bien ajeno ni tampoco busca dañar. Simplemente vive y deja vivir.

Pero esto no siempre pasa de esta manera y muchas personas terminan repimiento deseos ocultos u oscuros contra otras personas porque reconocen que es un mal comportamiento. Sin embargo, no se preocupen tanto. Nuestro inconsciente (y hablo del de todos los humanos) tiende a tener todo tipo de pensamientos que no imaginamos siquiera que tenemos. Muchos de ellos suelen ser oscuros. Pero no quiere decir que seamos malos, ni que estemos locos. Nuestro psiquis se encarga de elegir los pensamientos que mejor nos hacen. Y el resto es solo naturaleza humana.

Por eso siempre recomiendo que ante sentimientos muy negativos contra alguien, se inicie una terapia para entender qué quiere decir ese síntoma. Recordemos que el brillo de nuestro autoestima se basa en nuestro diamante personal y no busca opacar brillos ajenos para resaltar. Simplemente brilla.

Creciendo

¿Alguna vez te has preguntado como el humano tiende a sentirse mejor? Generalmente podemos decir que aquellos humanos que se sienten mejor con su vida y consigo mismos son aquellos que viven de una manera "constructiva".

¿Qué quiere decir esto? Que llegan a un nivel de consciencia de sí mismos que pueden tomar decisiones sensatas, desarrollar las diversas facetas de su diamante, con cada una de sus habilidades.
Y como ya mencionamos, todo este proceso se da gracias a la existencia de la vida. La vida es la que nos permite movernos en el tiempo y desarrollarnos.

La realidad donde vivimos, o sea, el escenario donde estamos parados está regido por la idea del tiempo y del espacio. Es decir, ocupamos un espacio en el universo y somos un ente gracias a ese concepto. Pero resulta que este ente que somos puede ser afectado de distintas maneras y desenvolverse de distintas maneras según los dictados internos de su mente.

Y esto resulta posible gracias a que tiene un cuerpo físico, que ocupa espacio. Y una continuidad en la existencia de ese espacio físico, que sería el tiempo.

En esta realidad regida por el espacio y tiempo, nosotros podemos ir moviéndonos a lo largo de nuestro universo pasando por distintas experiencias. Hay experiencias que son indiferentes para nosotros, otras experiencias son felices y otras son terribles. Generalmente, tendemos a recordar con más fuerza estas dos últimas.

El crecimiento toma consciencia de esto. Toda actividad que realizamos desde que nacemos, consciente o inconscientemente es parte de nuestro crecimiento. Por eso cuando decimos que estamos creciendo, nos imaginamos a un niño que va mutando su fisonomía y forma de ser, hasta convertirse en un hombre maduro.

A lo largo de todo ese período y periplo, el niño fue adquiriendo destrezas, entrenando sus habilidades, lloró, festejó, rio, se lamentó, extrañó, besó, saltó, corrió, conoció, etc, etc, etc.
Cuanta más interactividad con el entorno haya tenido, más crecimiento de su ser experimentó.

El amor incondicional, otra piedra angular

Nuestra salud psicológica está muy relacionada con nuestra capacidad de amar a nuestro yo interior. Muchos estudios a lo largo del tiempo buscaron la relación existente entre aquellas personas que han tenido una infancia feliz, con padres que demostraron amor por ellos mientras crecían y su estado de autoestima actual. Los resultados avalaban la existencia de una conexión entre tener una infancia con padres que amaban a sus hijos y el desarrollo del autoestima de ellos.

Ahora bien, la buena noticia es que no es necesario volver el tiempo atrás, y obligar a nuestros padres a criarnos de una manera tal. La buena noticia es que nosotros ya crecidos, podemos ser "buenos padres" de nosotros mismos. No culpemos el pasado, nuestros padres también son parte de toda esta red, y cada uno es un ser que busca la felicidad. Cada padre tiene un por qué actuó de tal o cual forma, así que ese será un tema aparte en el que no nos meteremos.

Centrémonos ahora en nosotros, en que reconocemos nuestra situación actual y en que podemos modificar o mejorar nuestro rumbo hacia el futuro. Pero la pregunta que debemos hacernos primero es: ¿Qué querría decir querernos a nosotros mismo? ¿Qué significa amarnos?. Podríamos decir que amar sería un sentimiento humano, que nos lleva a tener una actitud tal que permanecemos en el deseo de que cosas buenas o las mejores cosas sucedan para nuestro ser amado. Es decir, que esa persona llegue a encontrar felicidad, tal como nosotros también la buscamos.

Y no nos preocupemos porque en algún momento no sintamos el deseo vivo dentro nuestro de que a algún ser querido o cercano le vaya bien. Lo importante es no desearle el mal. Porque el bien, o la felicidad, si bien es un bien muy deseado por todos nosotros, también es un concepto abstracto. Y como tal, no siempre lo tenemos en cuenta en nuestra mente.

Tampoco nos preocupemos si en alguna pelea, surge ese deseo de venganza, muy típico del humano. Aún ante la pelea más superflua o tonta que podamos mantener. Pelear, enojarse es normal en una relación. Nadie nos pide permanecer las 24 horas repartiendo flores del amor. La vida no es una nube de caramelo.

Por lo tanto, esos sentimientos encontrados. Donde para algunos surgen deseos de "venganza", revancha o enojo; son solo sentimientos pasajeros y no se convierten en una constante. Luego de un tiempo, cuando ya nos calmamos volveremos a sentir vivamente el cariño por ese ser amado.

Todo esto es aplicable no solo desde nosotros hacia nuestros seres queridos sino también, desde nosotros hacia nosotros mismos. Podemos amarnos incondicionalmente. Podemos aprender a valorarnos aún cuando estamos convencidos de estar "llenos de defectos". Podemos comenzar una etapa nueva aún si leyendo estas líneas sigo con la idea de depreciarme. El amor incondicional es una semilla para el autoestima, y nos permite comunicarnos con nosotros mismos de manera más real así como también nos ayuda a relacionarnos con el mundo que nos rodea.

Concretamente ¿Qué es Entorno? / La belleza corporal

Por entorno podemos incluir a toda circunstancia que pueda alterar la experiencia de nuestro diamante, sin jamás modificar su valor. Y por este concepto estamos haciendo referencia a nuestro género (ser mujer o ser varón), nuestro estado civil (casado, soltero), nuestra edad, nuestra etnia, nuestro trabajo, nuestra preparación académica, nuestro trabajo, nuestros títulos, nuestra relaciones sentimentales, nuestra sexualidad, nuestra familia, el origen, el estatus social, nuestros errores pasados, nuestra inteligencia (cualquiera de ellas), nuestra popularidad, nuestra 'belleza' corporal, nuestro hobbies, nuestras destrezas, nuestro control sobre otras personas, nuestro poder, etc.

Punto especial para 'belleza' corporal.

¿Por qué hacemos un reparo en este concepto? Simplemente, porque es uno de los más discutidos y uno de los puntos más comunes por los cuales personas de todo el mundo siente alguna vez dudas, temor, tristeza, ira, depresión, etc.

Muchas personas en el mundo no están conformes con su apariencia. Sin embargo, es bueno recordar que la "belleza" corporal en sí misma no existe como tal. Lo que existen son 'cánones' de belleza, es decir, que los humanos arbitrariamente, tendemos a instaurar reglas que nos dicen qué es algo bello y qué "no lo es". Esto en sí mismo, es algo muy discutido. Porque si bien, en la filosofía existe el término 'estética', 'armonía', etc. Su significado dista mucho de lo que nosotros llamamos 'bello' en lo cotidiano.

Los cánones de la belleza fueron y serán modificados a medida que el tiempo transcurra. En tiempos pasados ser una persona pálida y con cierto peso, era sinónimo de belleza. Hoy en día, la belleza se relaciona con estar expuesto al sol, ser magro y tener un tono bronceado.

En el futuro también se modificará. Los cánones de belleza son un toque no indispensable para nuestra vida. La belleza corporal tal como se conoce en la sociedad actual es pasajera. Por lo tanto, la búsqueda cumplir los cánones de belleza no es tan redituable para nosotros tanto como desarrollar otros ámbitos de nuestro ser que perduran a lo largo del tiempo. "Al bello puede vérselo con los ojos por un tiempo finito, pero al que sabe tocar un instrumento musical, cumpla o no cumpla los cánones de belleza corporal, se lo puede escuchar para toda la vida"

Esto no quiere decir, salgamos todos a aprender instrumentos musicales. Esto quiere decir, que hay cosas que en nuestra personas nos distinguen, y son para toda la vida. Y no dependen del cánon social del momento.

El entorno y nuestro Ser

¿Qué pasa si igualamos en importancia al Entorno con nuestro Ser? Es decir, qué sucedería si damos igual importancia a aquello que el Entorno espera de nosotros con aquellos deseos básicos que nosotros expectamos de nuestra vida. ¿Qué pasa si dejamos jugar una carta muy fuerte en nuestras decisiones al "qué dirán"?

En primer lugar vamos a decir que el "Entorno" no es un demonio, ni algo no deseable. Es decir, el entorno incluye muchas cosas que nosotros amamos, como la familia, amigos o personas a las que estamos relacionadas de alguna manera y por las cuales sentimos amor.

El Entorno en sí no es malo. Pero puede ser dañino si no marcamos bien cual es el límite de la esfera del Entorno en nuestra vida personal y vice-versa.
¿Por qué vice-versa? Porque el Entorno es aquel lugar donde vivimos, y como sabemos, tiene reglas que están destinadas a hacer de nuestra vida en sociedad, algo viable y que genere respeto para todos nosotros. Es en realidad el sitio donde podemos desenvolvernos con la premisa de no hacer al otro lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros.

Aclarado esto, podemos volver al principio de este texto. Si nosotros no marcamos el límite entre aquello que es esfera del "Entorno" y aquello es esfera "Personal", entonces estaríamos permitiendo que los otros manejen nuestra vida, nuestros deseos, que nos impongan qué cosas nos debe gustar y cuáles no. Que nos digan a qué debemos dedicar nuestra vida, cuando quizá queremos otra cosa para nosotros. Y acá hagamos un paréntesis, no confundamos esto con los "consejos" que muchas veces las personas puedan darnos sin querer imponer sus ideas sobre nosotros. Como el caso típico del abuelo que le dice al nieto que mejor "en vez de gastar el dinero en ropa lo use para ahorrar para una casa", típico en charlas entre gente más grande y jóvenes adultos.

Pero bueno, sacando de lado las excepciones. Si nosotros permitimos que el Entorno maneje nuestros deseos, valores personales, manera de ver el mundo, al punto en que igualamos el valor de nuestro diamante con el valor del entorno, entonces sucederá que nuestra autoestima estará a disposición de subidas y bajadas según el movimiento del "mercado". Pues prácticamente sería una especie de oferta y demanda. Ejemplo: "estoy flaca y está de moda ser flaca, entonces soy sencacional me amo me quiero, soy una diosa". Luego de dos años, está de moda tener más peso "estoy flaca y está de moda ser más rellenita, soy un palo, me odio, soy horrible". Esto que parece algo exagerado, en realidad no lo es, y suele ser una realidad de muchas personas. Por eso es importante reconcer nuestro valor como personas, nuestro diamante personal, y marcar el límite con el entorno.